“…..la Puerta de Alcalá. Allí estaba, mas mayestática que nunca, obviamente sin Ana Belén ni Víctor Manuel, con cuatro pantallas gigantes de televisión orientadas en cuatro direcciones para permitir el turno de oradores una vez terminada – para muchos no empezada, pues todavía aguardaban poder andar dos pasos desde el punto de origen – la manifestación de ayer.
Y hablaron los oradores, y nos solidarizamos con el manifiesto leído por Conchita Martín y Antonio Aguirre, nos enternecimos con la sinceridad de Teresa Gimes Becerril, compartimos como siempre los argumentos de Francisco José Alcaraz, apoyamos a la representante de la comunidad ecuatoriana y nos enardecimos con la dureza de Mikel Buesa.
Pero el acto no había acabado; inmediatamente después de concluida la intervención de Mikel, el Himno Nacional atronaba el lugar y creo que bastantes kilómetros a la redonda. Y, allí, allí, nos quedamos con toda devoción y respeto escuchando admirados algo que paradójicamente nos debería ser común pero que, no habiendo pasado poco mas de 24 horas, ya ha sido denostado por el gobierno y su voceros afines.
Fue el colofón, junto con la canción de Jarcha “libertad sin ira”, musicada en tanto se desalojaba el lugar y que para nostálgicos de cierta edad nos eriza el vello, de una jornada que había empezado en Barcelona a las seis de la madrugada del sábado y terminaba poco mas de las cuatro de la mañana del domingo..
Como asiduo a este tipo de actos, no incluyo por descontado el del pasado día 13, poco mas puedo añadir en un plano general salvo que, cada vez, el número se supera, la organización se perfecciona y la esperanza de que las cosas cambien se acentúa. Solo añadiría, aparte del impacto final ya descrito, la emoción del momento en que, con un grupo de compañeros Peones Negros Barcelona, nos situamos en paralelo a la altura de Doña María Jesús González, madre de Irene Villa, y con nuestro modesta megafonía de cada 11 de mes, conseguimos que el “no estáis solos, estamos con vosotros”, uno de los slogans propiciados por la organización, se convirtiera en unánime durante un buen rato.
El guiño de complicidad, el gesto de agradecimiento y la actitud de María Jesús son unas de aquellas cosas que hacen mella y no se borran de la mente.
POR ELLA, POR ELLOS, POR TODOS……
Jorge Martí
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