El día 30 de febrero firmábamos el contrato de asociación, además vinieron las Pascuas, así que por doble motivo, estamos de celebración. Y que mejor que comer una mona de Pascua con sus correspondientes y marciales peones, cava catalán, claro ... aquí no puede comprarse de otro.
Es nuestra primera concentración desde que el 15 de febrero comenzó el juicio del 11M. ¡Tan esperado!. Hemos de recordar que el 11 de Marzo, tercer aniversario del atentado criminal de Madrid, los Peones Negros de Barcelona preparamos con la AVT la primera edición del "Día Europeo de las Víctimas del Terrorismo". Por ello no celebramos nuestra tradicional concentración vespertina. Así son los Peones Negros de Barcelona, generosos, nobles, ... nada común en estos días que corren.
La asistencia de público no fue en esta ocasión tan nutrida como en las anteriores. Parece que las pausas, las vacaciones de Semana Santa, el juicio, y los "elementos", no nos han hecho mucho favor. Sin embargo, nosotros más que satisfechos. Hemos puesto poesía a nuestros duelos, hemos debatido y redactado el núcleo de nuestro discurso, estrenamos manifiesto sobre el que hemos hecho enmiendas atendidas, en fin, un lujo de organización y entrega. Los que nos contaron dicen que hemos sido "300", como los de Leónidas, e igual de aguerridos.
Tampoco las ciudades han sido tantas como en otras ocasiones, ahora que están de moda las "opas hostiles", como no íbamos a ser menos, hemos sido objeto de una, y claro, hay que "realizar beneficios". Nos hemos quedado un poco mermados en nuestros activos, no obstante los fieles a la "filosofía corporativa" han mantenido el tipo y seguimos en línea. La moral alta, Peones Negros que hemos alcanzado las filas enemigas y ya somos torres ... sobre casillas blancas y negras ... los alfiles negros con su vista afilada cuidando de los flancos. Algún día si me acuerdo enlazaré aquí los movimientos de la cruenta partida.
Cada concentración es mejor que la anterior, el día se alarga y como en las fotos, la claridad nos llega. Ayer teníamos nuestro flamante equipo de megafonía, se oía muy bien. Contra la pregunta en voz baja de algún interesado en cualquier cosa que no viene a cuento, hemos oído, ¡Perdone que estoy escuchando los discursos!; al escuchar el Himno Nacional de España junto con un canto espontáneo, ¡Perdone que estoy escuchando el Himno!. Se ha atendido, sentido, llorado ... nada más digno.
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